“Por último, quiero dar las gracias a mi familia, a mi madre...”. Ousmane Dembélé inició el tramo final de su discurso en el centro del escenario del Théatre du Chatelet de París con la voz entrecortada. Desde las plateas del coqueto recinto francés su núcleo íntimo miraba atento al elegido como el mejor futbolistas del mundo en la gala del Balón de Oro .
“Siempre han estado ahí para mí, que me han apoyado en los momentos difíciles, y también a mi agente (Moussa Sissoko), que siempre ha creído en mí. Él dijo que algún día ganaría el Balón de Oro, siempre me ha ayudado, siempre ha creído en mí, siempre me ha motivado. También está mi mejor amigo. Él y yo siempre estaremos juntos ”. Luego de esas palabras fue cuando el delantero del PSG no pudo ocultar su emoción y comenzó a llora