El discurso del , ante la el 23 de septiembre de 2025 se convirtió en una puesta en escena con fines domésticos, utilizando el foro internacional para proyectar una imagen desafiante y cuestionar la totalidad del orden multilateral, de acuerdo con el especialista en análisis del discurso, Carlos Hernández Torres .
A nivel internacional, el mensaje fue interpretado como una señal de aislamiento global y un endurecimiento en temas sensibles como migración, Medio Oriente y Ucrania.
Para el analista de discurso, el acto ante la ONU fue menos un giro diplomático estratégico y más un guion simbólico dirigido al público estadounidense. En ese escenario, la tribuna global sirve como vitrina para reafirmar una versión autoritaria de liderazgo: firmeza externa, rechazo de la globalización y