Caracas.- El regreso de Jimmy Kimmel a la televisión estadounidense, tras una semana de suspensión por parte de ABC, estuvo signado por la ironía y el dramatismo en medio de denuncias contra la censura y la amenazas del presidente Donald Trump.

Con un monólogo de casi veinte minutos, el comediante osciló confesó al borde del llanto que nunca quiso burlarse del asesinato de Kirk. “Nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven”, dijo, antes de acusar a la Casa Blanca de usar la tragedia con fines políticos.

Kimmel esgrimió que no se trataba de atacar a un grupo ideológico, sino de señalar cómo el trumpismo buscaba capitalizar un crimen atroz para reforzar su discurso de polarización.

Denunció que el gobierno intentó controlar el contenido televisivo y advirtió que

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