“Me encontraba muy cansada y agotada, pero no le daba importancia porque mi padre tenía cáncer, estaba muy pendiente de él. Además, trabajaba mucho. Pero un día me levanté y estaba afónica y, como soy educadora social, no pude ir a trabajar. Fui a mi médica de cabecera y le conté los síntomas que padecía”, relata Andrea Rodrigues Lago, paciente de Leucemia Mieloide Crónica (LMC).

Andrea explicó su testimonio en la última Jornada de Divulgación HematoAvanza , ofreciendo esperanza a todas las personas que sufren la enfermedad, “porque los espectaculares avances médicos de los últimos años han hecho que podamos llevar una vida normalizada y tener una esperanza de vida similar a otras personas que no tienen este cáncer”.

En el encuentro, organizado por la Sociedad Español

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