El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos ha revelado que desde el 20 de enero, 2 millones de inmigrantes indocumentados han sido deportados o se han autodeportado. La administración de Donald Trump se encuentra en camino de establecer nuevos récords, con proyecciones que indican que cerca de 600.000 personas podrían ser deportadas al finalizar su primer año de mandato.
Según el comunicado oficial, aproximadamente 1.6 millones de personas han optado por la autodeportación voluntaria, mientras que más de 400.000 han sido deportadas oficialmente. La subsecretaria Tricia McLaughlin subrayó que estas cifras son prueba de que las políticas de la administración Trump están dando resultados. "Los números no mienten", afirmó McLaughlin, quien añadió que estas acciones tienen como objetivo hacer las comunidades estadounidenses más seguras.
La funcionaria envió un claro mensaje a los inmigrantes indocumentados: "autodeportarse o los arrestaremos y deportaremos". Además, el DHS aseguró que "la era de las fronteras abiertas ha terminado", destacando que, durante cuatro meses consecutivos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) no ha liberado a ningún inmigrante indocumentado en el país. Estas medidas reflejan un cambio significativo en la política migratoria de Estados Unidos bajo la administración actual.