Cada uno con su encanto, estos destinos invitan a detenerse, a mirar y a dejarse envolver por la luz dorada del atardecer, mientras la merienda se convierte en un puente entre el día y la noche.

Monte Hermoso: la playa donde el sol juega a repetirse

Quien llega a Monte Hermoso descubre que el mar aquí guarda un secreto que lo diferencia de todas las demás playas argentinas: es el único lugar de la costa donde el sol puede verse tanto al amanecer como al atardecer reflejado sobre el agua. La geografía del lugar lo hace posible, y esa rareza lo vuelve aún más magnético.

La primavera lo encuentra distinto al verano. Sin el bullicio de sombrillas y carpas, la playa se convierte en un escenario casi privado. El viento sopla más suave, las olas golpean con ritmo sereno y caminar por la arena

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