Una de esas usuarias de villavesas que sufre en sus carnes esta puñetera huelga que empezó hace ya ocho meses. Somos unas 33.200 almas las que estamos sufriendo ahora tres veces por semana el agobio de tener que desplazarnos como ganado, hacinadas en autobuses renqueantes, en plena hora punta.
Ya sé que miles de ciudadanos ni se enteran de este asunto. Ya sé que miles de personas de la comarca no se desplazan tan temprano o no se montan en una villavesa desde hace años (algunos, incluso, en toda su vida). Sólo hay que echar una mirada alrededor para ver que somos sobre todo mujeres y estudiantes y los pocos hombres que hay son mayoritariamente de origen extranjero. Los hombres blancos parece que prefieren el coche y, algunos, la bici.
En 2009 la empresa TCC consiguió la concesión del