La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, pidió perdón el miércoles en nombre del Estado a las mujeres groenlandesas que fueron víctimas de una campaña de anticoncepción forzada durante dos decenios en la isla ártica, territorio autónomo danés y antigua colonia del reino.
Entre los años sesenta y setenta, médicos daneses colocaron dispositivos intrauterinos (DIU) a unas 4.500 mujeres y niñas inuit, casi siempre sin pedirles permiso ni informarles de que su finalidad era evitar embarazos. El objetivo de este plan oficial era controlar el crecimiento demográfico. Casi todas las víctimas sufrieron trastornos físicos o psicológicos, y muchas quedaron estériles.
En una visita el miércoles a la capital groenlandesa, Nuuk, la primera ministra Frederiksen verbalizó la petición oficial