La comunicación entre humanos y perros no se limita a las órdenes ni a los gestos más evidentes y quienes conviven con ellos saben que basta una mirada o un movimiento de cejas para desencadenar una respuesta. Pero ¿qué ocurre con la sonrisa? Para las personas es un gesto universal de alegría, casi un reflejo, y resulta tentador pensar que nuestros perros lo interpretan de la misma forma, algo en lo que la ciencia lleva años indagando.

Aunque no podemos preguntarles directamente qué entienden cuando enseñamos los dientes en un gesto amistoso, distintos estudios han demostrado que los perros no solo reconocen expresiones humanas, sino que también reaccionan a ellas de manera consistente. Y entre esas expresiones, la sonrisa ocupa un lugar privilegiado: no es un gesto neutro, sino un signo

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