Las dos figuras de color bronce aparecieron misteriosamente el martes, a tres metros de altura en la Explanada Nacional: una, el presidente Donald Trump; la otra, el difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein.

“Mejores amigos para siempre”, decía la inscripción en una placa ubicada debajo de las dos figuras que se tomaban de la mano y retozaban frente al Capitolio de Estados Unidos.

El miércoles por la mañana, la estatua había sido retirada por la Policía de Parques de Estados Unidos. Se desconocía su procedencia y sus creadores eran anónimos. Pero su breve devaneo en la Explanada Nacional, a menos de dos kilómetros de la Casa Blanca, indicaba un problema persistente para Trump: su amistad con Epstein.

La efímera instalación fue la más reciente de una serie de estatuas satíricas que han

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