
Un soberano que gobernó con mano firme se obsesionó con la idea de prolongar su existencia. Qin Shi Huang, primer emperador de una China unificada, buscaba la vida eterna y convirtió esa ambición en un mandato imperial. Ordenó expediciones, entregó recursos y puso a sus hombres a seguir un objetivo que parecía inalcanzable. En medio de esa carrera por esquivar la muerte surgió una empresa dirigida hacia las montañas, donde esperaba encontrar la sustancia que le garantizara inmortalidad.
La información principal procede de un hallazgo único en la meseta tibetana. Una inscripción tallada en roca junto al lago Gyaring , en la provincia de Qinghai, registra que Qin Shi Huang envió a un alto funcionario y a un grupo de alquimistas en busca del llamado yao , término que podía referirse tanto a hierbas y minerales medicinales como al ansiado elixir de la vida .
Una inscripción en roca reveló la expedición de alquimistas hacia las montañas
Las letras se grabaron en piedra arenisca de cuarzo y muestran surcos abiertos con cinceles de filo plano. Esta técnica se corresponde con las herramientas disponibles en el periodo Qin y fue verificada a través de análisis de laboratorio. El desgaste natural observado en los trazos, unido a la presencia de minerales secundarios incrustados en las hendiduras, indica que el texto lleva siglos expuesto a la intemperie .
Sin embargo, cuando el descubrimiento se anunció en junio de 2020, la comunidad académica reaccionó con división. Algunos investigadores sugirieron que l a pieza podía haber sido producida en la época Yuan para dar prestigio a la escritura antigua. Otros aventuraron que se trataba de un engaño moderno , imposible de sostener en un entorno de altura extrema donde la erosión actúa con dureza.
El equipo del Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales realizó dos visitas al lugar y aplicó métodos físicos y químicos. La conclusión descartó cualquier intervención reciente con herramientas de aleación y confirmó que los caracteres pertenecen a la escritura xiaozhuan , empleada oficialmente en la dinastía Qin. Los talleres especializados de esa época solían seguir un trazo característico, visible también en la palabra Kunlun que aparece en el texto.
Los registros más antiguos narran que Qin Shi Huang mandó caravanas hacia el este, incluso a las costas de Japón, en busca del mismo objetivo . Ninguno de esos documentos mencionaba desplazamientos hacia el oeste, por lo que el hallazgo en Qinghai completa un vacío en la tradición escrita. La fecha grabada corresponde al año 37 de su reinado y coincide con el calendario en que falleció el soberano.
El lago Gyaring se encuentra a más de 4.300 metros de altitud, muy cerca del nacimiento del río Amarillo. En la mitología previa a la unificación, el monte Kunlun aparecía como centro sagrado del mundo y cuna de los ríos . Los especialistas creen que corresponde a la actual cordillera Bayan Har , situada al sur de la zona donde apareció la inscripción.
Entre los expertos que analizaron el hallazgo se encuentra Li Yuelin , físico del Laboratorio Nacional Argonne en Estados Unidos y presidente del Seven Seas Institute of Chinese Calligraphy , que destacó la importancia de los cortes realizados con técnica Qin . También participaron Zhao Chao y Tong Tao , investigadores de la Academia de Ciencias Sociales, quienes organizaron seminarios con especialistas de diversas disciplinas.
La Administración Nacional del Patrimonio Cultural de China avaló la autenticidad tras revisar los informes , y Xinhua difundió que el estudio estableció un modelo pionero de análisis científico de inscripciones pétreas. Se trataba, además, del único grabado Qin encontrado aún en su emplazamiento original .
Qin Shi Huang falleció envenenado mientras su legado transformaba el país
El propio emperador murió en 210 a.C. tras ingerir repetidamente preparados que contenían mercurio, convencido de que esa sustancia le otorgaría vida sin fin . Otros gobernantes posteriores cayeron en la misma trampa, atraídos por promesas de inmortalidad que resultaron veneno.
La obsesión por la inmortalidad convivió con un proyecto político que transformó China . Qin Shi Huang abolió los sistemas feudales, centralizó el poder, impulsó una red nacional de carreteras y ordenó la unión de murallas defensivas que anticiparon la Gran Muralla . Su reinado, considerado severo por algunos historiadores, puso fin al periodo de los Reinos Combatientes y consolidó la primera dinastía imperial .
Ese mismo impulso expansivo explica la inscripción hallada lejos de la capital. La distancia con Xianyang superaba los 1.400 kilómetros , lo que convierte al grabado en una prueba del alcance de las expediciones Qin. Hou Guangliang, profesor de la Universidad Normal de Qinghai, subrayó que atravesar aquel altiplano inhóspito en plena antigüedad fue un logro en sí mismo , tan audaz como insensato.