El optimismo puede ser un arma de doble filo : cuando se exagera, roza la ingenuidad. Así lo afirma la psicóloga Rikke Papsøe en el pódcast danés Topkarakter, donde recordó que “cuando el optimismo abruma, puede ser un poco peligroso”.

Aun así, destaca que los optimistas no solo creen que las cosas saldrán bien, sino que afrontan los desafíos con mayor capacidad para resolver problemas. Y ese círculo virtuoso, asegura, “se convierte en una bola de nieve que rueda”.

Aunque la personalidad está marcada en un 50 % por la herencia y en otro 50 % por el entorno, incluso quienes se consideran pesimistas pueden aprender a mirar el vaso medio lleno. No se trata de buscar una felicidad superficial, insiste, sino de “una defensa contra la tristeza, el estrés y la ansiedad”.

Los cinco pasos hacia

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