Una casa que parece abandonada desde hace años . Con la cocina revuelta, pero con una heladera que funciona y una tenue lamparita, encendida, que cuelga en el medio.

Así es por dentro la vivienda de Florencio Varela donde torturaron y asesinaron a Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) , en lo que se investiga como una venganza, técnicamente un “disciplinamiento”, porque una de las chicas se habría quedado con droga de una banda de narcos peruanos.

Justo en el jardín, donde las enterraron después de descuartizarlas, las hojas de varios otoños permanecen sobre la tierra, rodean a unas hamacas desvencijadas y, en el otro extremo, también a un extraño muñeco de trapo , que casi mide como un adulto y tiene pantalón y un buzo de Callejeros.

Otra vez

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