"No quedan días de verano, el viento se los llevó. Un cielo de nubes negras cubría el último adiós". Aunque la idea de Amaral con esta canción fuese despedir un amor al que el otoño no respetó, lo cierto es que sirve perfectamente para ilustrar el giro climatológico que hemos sufrido esta última semana. Los tirantes han quedado cubiertos por sudaderas y abrigos y las chanclas han vuelto al fondo de armario para ceder la delantera a los zapatos cerrados.

El otoño ha irrumpido en nuestras vidas con un bajón generalizado de las temperaturas en casi todo el país y, como en esto del tiempo tenemos memoria de corto, pronto empezaremos a quejarnos del frío sin recordar que no hace mucho nos lamentábamos de un calor bochornoso. Y nuestras súplicas están justificadas si a los datos atendemos

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