Venerado como uno de los últimos grandes realizadores del cine estadounidense, Paul Thomas Anderson entrega en Una batalla tras otra el que acaso sea su filme más accesible hasta la fecha, aunque eso suene concesivo para una obra que trastoca las convenciones de la comedia, la acción y el thriller político en un despliegue maximalista rodado en Vista Vision de casi tres horas de duración.
La contemporaneidad fascista, racista y dicotómica se refleja con sutil desplazamiento en la historia de varias décadas que involucra en primer término a la pareja de activistas insurgentes formada por Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio) y Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor), integrantes del grupo French 75 que tiene en vilo a las autoridades estadounidenses con sus violentos atracos y boicots.
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