Imaginate una noche de septiembre en La Matanza. Tres jóvenes –Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15)– suben a una Chevrolet Tracker blanca en la rotonda de La Tablada, atraídas por la promesa de un “evento” que les dejaba 300 dólares cada una. Horas después, en una humilde casa de Villa Vatteone, Florencio Varela, sus cuerpos son hallados en un pozo del patio: torturadas durante tres horas, abusadas sexualmente, mutiladas, ejecutadas con cortes en el cuello y golpes fatales.
El capo de la banda peruana, Marco Antonio Estrada Gonzáles –alias “Marcos”–, prófugo y con conexiones en la Villa 1-11-14, transmitió el horror en vivo por Instagram a un grupo cerrado de 45 contactos.
“Esto le pasa al que me roba droga”, lanzó, según el ministro de Seguridad bonae