Era una noche más de septiembre cuando las cámaras de seguridad de la rotonda de calle San Martín (ruta 15) y Quintana, pasando el puente del Río Mendoza, en Perdriel, captaron una escena que parecía sacada de una película de mafiosos. Un joven descendió de un colectivo de la línea 700 y tres sujetos lo interceptaron con violencia en la parada, a dónde lo tuvieron arrinconado algunos segundos. Al mismo tiempo, una Ford EcoSport blanca que esperaba a pocos metros se aproximó al lugar luego de ser llamada con un gesto por uno de los agresores.

La conductora, una mujer de contextura robusta, vistiendo zapatillas blancas, pantalón corto y remera rosada, descendió de ese vehículo y se sumó a la agresión con golpes de puño y una patada para introducir al rodado a la persona atacada.

Norma Ed

See Full Page