Masayoshi Son, el excéntrico magnate japonés de 68 años, ha protagonizado uno de los retornos más espectaculares del mundo de las finanzas globales. Su fortuna, que fluctuó como un péndulo entre euforia tecnológica y abismos de pérdidas millonarias, escaló un 144% en lo que va de 2025 , alcanzando los US$38.700 millones el miércoles pasado, el pico más alto desde que el Índice de Multimillonarios de Bloomberg comenzó a rastrear su riqueza en 2013.
Nacido en 1957 en la prefectura de Saga, al sur de Japón, Son creció en una familia de origen coreano ya que sus abuelos emigraron huyendo de la pobreza en la península coreana durante la ocupación japones. Su padre regentaba un salón de pachinko, el popular juego de azar nipón, lo que infundió en el joven Masayoshi un gusto por el riesgo