El caso del campamento en la frontera Jalisco–Michoacán es una llamada de atención sobre la fragilidad institucional frente a estrategias híbridas de captura y adiestramiento.

El hallazgo de un campo de adiestramiento clandestino en la franja limítrofe entre Jalisco y Michoacán, con la detención de 38 personas , exige una reflexión urgente y rigurosa sobre la intersección entre prácticas religiosas cerradas, procesos de adoctrinamiento y dinámicas del crimen organizado. El operativo fue ejecutado por fuerzas federales y estatales en un campamento improvisado y ha sido consignado por medios que documentaron la intervención en terreno.

Los indicios materiales reportados en el sitio requieren peritajes especializados y preservación de cadena de custodia: se aseguró equipo de aparente

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