Garachico (Tenerife) amaneció con una energía poco habitual, una mezcla de curiosidad y disciplina que se contagió desde primera hora. La isla decidió entrenar en serio un escenario que conoce por su propia historia y lo hizo con un despliegue que marcó un antes y un después. Más de mil efectivos se pusieron en marcha para comprobar cómo responde este territorio si el decide hablar cuando menos convenga . La coreografía fue ambiciosa y la trama muy sencilla. Prepararse hoy para sufrir menos mañana.
El ensayo arrancó a las ocho y media con mensaje claro en la sala de prensa. La posibilidad de una erupción cercana se trató con naturalidad y con la serenidad que da haber estudiado cada paso. A las nueve los teléfonos sonaron al unísono gracias a ES Alert y comenzó la evacuación simulad