Con la llegada del otoño, los ciervos rompen el silencio de los bosques con sus bramidos. De Cabañeros a Cazorla, pasando por La Culebra y Monfragüe, estos son algunos de los mejores destinos para vivir de cerca la llamada de los venados
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Cuando termina el verano y empieza a refrescar, en muchos bosques de España ocurre algo que solo pasa unas semanas al año: la berrea del ciervo. En esta época de celo, los machos reclaman la atención de las hembras con bramidos que se escuchan a lo lejos y que a veces van acompañados de choques de cornamentas y demostraciones de fuerza.
El mejor momento para vivirlo suele ser al amanecer o al atardecer, cuando los animales están más activos y el monte se llena de sonidos. Por suerte no hace falta ser un entendido para disfrutarlo, con acercarse a los lugares adecuados y tener un poco de paciencia suele ser más que suficiente.
En la península hay varios espacios naturales donde este espectáculo se puede seguir con especial facilidad. Desde Cabañeros a la Sierra de la Culebra, pasando por Monfragüe, Andújar o los bosques asturianos de Redes, cada uno ofrece una manera distinta de acercarse a este fenómeno que solo se deja ver durante unos días muy concretos del año.
Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo)
Cabañeros es uno de los lugares más conocidos para ver la berrea. Su gran raña, una llanura abierta al pie de las sierras, concentra a muchos ciervos durante estas semanas. Desde primera hora del día es posible verlos moverse en grupo y escuchar sus bramidos, que resuenan con fuerza en este paisaje despejado.
El parque organiza rutas guiadas en todoterreno que permiten adentrarse en la raña sin molestar a los animales. También hay miradores y senderos señalizados desde los que se pueden seguir los sonidos al atardecer. La abundancia de fauna y la facilidad para observarla, dada la amplia visibilidad que ofrece la llanura, hacen que Cabañeros sea uno de los destinos más recomendados en estas fechas.
Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres)
En Monfragüe, en pleno corazón de Cáceres, la berrea se convierte en un espectáculo fácil de seguir. Los ciervos se dejan oír en los bosques de encinas y alcornoques, y los bramidos se mezclan con el vuelo de buitres leonados o águilas imperiales, habituales en este parque nacional.
Algunos de los puntos más frecuentados para escuchar la berrea son el mirador de La Tajadilla, el del castillo o las orillas del río Tajo. En cualquiera de ellos, sobre todo al amanecer y al anochecer, se suele escuchar con claridad el eco de los ciervos. La accesibilidad y la variedad de paisajes hacen de Monfragüe un destino muy completo.
Sierra de Andújar (Jaén)
La Sierra de Andújar, en plena Sierra Morena, es otra de las referencias para escuchar la berrea. Los montes de encinas y alcornoques crean un entorno ideal para los ciervos, que durante el otoño se hacen oír en gran parte de la sierra.
Uno de los lugares más conocidos es la pista de La Lancha, donde con algo de suerte se pueden observar los animales de cerca, aunque con empresas especializadas es más fácil aprovechar la extensa red de senderos. Además, esta sierra es también hábitat de especies tan importantes como el lince ibérico, lo que convierte la visita en una experiencia aún más especial para quienes disfrutan de la naturaleza.
Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén)
El mayor espacio protegido de España también es escenario de la berrea. La población de ciervos en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, es muy numerosa y en estas semanas el sonido de los machos se escucha en distintos puntos de la sierra, especialmente en zonas de pinares y barrancos.
El mirador Félix Rodríguez de la Fuente, muy próximo al embalse del Tranco, es uno de los mejores lugares para vivirlo. Allí es habitual que se reúnan visitantes con prismáticos o cámaras al atardecer, cuando los bramidos resuenan con más intensidad. La extensión del parque hace posible además combinar la experiencia con rutas de senderismo por alguno de sus caminos más conocidos, como la Cerrada del Utrero o el río Borosa.
Sierra de la Culebra (Zamora)
En la Sierra de la Culebra la berrea siempre ha sido un gran reclamo. Es uno de los lugares con mayor densidad de ciervos de toda la península y, aunque los incendios de los últimos años han afectado al paisaje, sigue siendo un punto de referencia para los aficionados a la naturaleza.
Los pueblos de Villardeciervos o Puebla de Sanabria son buenos puntos de partida para acercarse a escucharla. Al caer la tarde, en claros y dehesas, es habitual oír a los machos rompiendo el silencio con sus bramidos. El hecho de compartir territorio con el lobo ibérico añade un atractivo más a esta sierra.
Parque Natural de Redes (Asturias)
En el Parque Natural de Redes, en el oriente de Asturias, la berrea se vive en un entorno de bosques húmedos y montañas. Los ciervos conviven aquí con hayedos y robledales, y en otoño los bramidos resuenan en un paisaje que pronto empezará a teñirse de colores ocres y rojizos.
Los concejos de Caso y Sobrescobio concentran buena parte de los accesos al parque. Desde allí parten rutas y pistas forestales que permiten acercarse a las zonas donde se escucha con más claridad. Declarado Reserva de la Biosfera, Redes ofrece un escenario muy diferente al de otras zonas más mediterráneas.
Serra de Boumort (Lleida)
En el Pirineo catalán, la Sierra de Boumort es el lugar de referencia para escuchar la berrea. La población de ciervos es muy abundante y durante semanas sus bramidos marcan la vida del valle, atrayendo a visitantes de toda la región.
Para proteger el entorno y evitar la masificación, las visitas suelen realizarse a través de rutas organizadas o salidas en 4x4 con guías especializados. Esto permite disfrutar de la experiencia sin molestar a los animales. Además, en Boumort no es raro avistar aves rapaces, siempre con las altas montañas pirenaicas de fondo.