Su nombre era sinónimo de terror: escuchar hablar de ellos era escuchar hablar de la muerte misma, a quien le rendían devoción. Su negocio no era la droga, a pesar de ser parte del problema del narcotráfico, sino el control territorial, el cobro de derecho de piso y las redes de protección: Los Zetas fueron una de las organizaciones criminales más sanguinarias en la historia del país.

A diferencia de los delincuentes comunes y corrientes, fueran sicarios o ladrones, con escasa instrucción en el manejo de armas, Los Zetas, que surgieron en la década de los 90 como el brazo armado del Cártel del Golfo, de Osiel Cárdenas, eran definidos (y temidos) por su entrenamiento militar, la mayor parte de ellos eran desertores del Ejército, en concreto, del cuerpo de élite conocido como Grupo Aeromóvi

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