Machado con la lucidez amarga de los poetas que miran más allá de su tiempo, escribió: “una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Su imagen de un país escindido entre la que muere y la que bosteza resuena hoy en la Europa que nos contempla desde los muros de Bruselas. En Ucrania la metralla rompe la tierra, en Gaza la arena se confunde con la sangre, y Europa permanece en el umbral, sin entrar ni salir del todo. Somos herederos de un continente que aprendió del horror de dos guerras mundiales, pero que parece haber olvidado la urgencia de hablar con voz firme. Nuestra política exterior es un murmullo, nuestras decisiones un bostezo, nuestra presencia un eco. Entre la memoria de lo que fuimos y la duda de lo que queremos ser, Europa languidece en su contradicción.

LA EUROPA QUE MUE

See Full Page