Por: Angelina Muñiz Huberman 27/09/2025 01:00:00

Llega un momento en que hay que escribir cartas ya que nadie lo hace y, sobre todo, a una ardilla.

Siempre me ha gustado asomarme a la ventana y observar la vida que pasa. Es la situación más cómoda imaginable. Tranquilamente, sin cansancio observo los movimientos humanos. Veo sin ser vista: sin ser la vista de nadie. A cualquier hora, en cualquier día, en cualquier circunstancia. Qué ocurre con los demás, sin yo tomar parte. A la distancia, desde un séptimo piso. Veo, pero no oigo, por lo que puedo inventar las conversaciones. Crear para los viandantes la posibilidad de otra vida ya que muchos no vuelven a pasar por la calle y se esfumarán en el horizonte. En cambio, otros son metódicos y si quiero saber qué hora es, me asomo para ve

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