Allí donde se levanta el primer monumento protegido de Navarra , emerge un pueblo que no alcanza los 300 habitantes y que, sin embargo, custodia un paisaje que sorprende a cualquiera. A orillas de la sierra de Leyre , rodeado de prados y montañas, aparece un mar interior. No hay salitre, pero sí aguas dulces y turquesas que se extienden a lo largo de diez kilómetros de largo y dos de ancho.

Ese es el embalse de Yesa , conocido como el “ mar del Pirineo ”. Con casi 2.000 hectáreas de superficie, su inmensidad empapa tanto Navarra como Aragón, donde se encuentra la mayor parte de su extensión. Nació a mediados del siglo XX como una obra de ingeniería colosal que detuvo la corriente del río Aragón, y hoy es la mayor superficie navegable de Aragón .

Naturaleza, historia y depor

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