Para monseñor Eduardo García , el obispo de la diócesis de San Justo, partido de La Matanza, donde vivían las tres chicas asesinadas por narcos , el crecimiento de la pobreza, el aumento de una población con muchas carencias y la ausencia del Estado en materia de promoción social provocó “un cóctel explosivo” del que el narco se aprovecha. A lo que suma la connivencia de sectores policiales, políticos y judiciales con el tráfico de drogas. En ese contexto, considera que el triple crimen es “la punta del iceberg de un proceso de desintegración social” . No obstante, cree que es posible vencer el flagelo “a largo plazo, con políticas serias” y una sociedad comprometida.
-¿En qué medida el deterioro social de los últimos años agravó el flagelo de las adicciones y el narcotráfico cu