El brutalismo trumpista exhibe el malestar de una elite corporativa que se niega a aceptar la transición hacia una multipolaridad que privilegia las regulaciones de índole política por sobre las lógicas tecno-financieras, de carácter oligopólico. Las amenazas militares contra Venezuela, el chantaje económico brindado a Javier Milei, los castigos arancelarios, el macartismo, la xenofobia y el desprecio de organismos multilaterales, como la ONU, exponen el intento desesperado por salvaguardar un espacio de prerrogativas unilaterales, contrapuestas a las soberanías nacionales y a los dictados del derecho internacional.
La reunión de la Asamblea de las Naciones Unidas brindó elementos para evaluar el posicionamiento actual de los Estados Unidos y su deriva. Donald Trump (foto) expresa de fo