En un conmovedor esfuerzo por mantener viva la memoria de quienes perdieron la vida defendiendo la tierra, los derechos humanos y la justicia social, el Bosque La Milpa , ubicado en el norte de Honduras, se ha transformado en un santuario natural. Este espacio singular rinde homenaje a mártires religiosos, ambientalistas, sindicalistas y guerrilleros asesinados o desaparecidos en el siglo XX y más allá, inscribiendo sus nombres en la corteza de árboles que buscan simbolizar su vida perdurable.

Con alrededor de 70 árboles inscritos , el bosque incluye nombres icónicos como el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero , los jesuitas como Ignacio Ellacuría , y la ambientalista hondureña Berta Cáceres .

La memoria viva en cada raíz

"Pensamos que están vivos en un árb

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