E ra una mañana tranquila del año 2019 en la ciudad de Barquisimeto, común y corriente como cualquier otra, menos para las hermanas Katherine y Carlota Morán. Esa mañana, empacaban toda su vida en una maleta y con un aire lleno de incertidumbre dejaban atrás su país, Venezuela, y todo lo que conocían, para migrar hacia Lima sin fecha de retorno. Esta no fue una decisión fácil, era dejar atrás una vida, dejar atrás su familia, una decisión trascendental de la cual no entenderían la magnitud de las repercusiones de la misma hasta mucho tiempo después. Katherine solo tenía cinco años de edad y Carlot, dos, hoy, en 2025, seis años después de esa despedida silenciosa, las hermanas Morán no han vuelto a Barquisimeto.

Migrar no es sólo cambiar de país, migrar es reconstruirse, y recomponer la i

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