Septiembre negro. A un punto y un gol en cinco compromisos se reduce el cómputo del Athletic en el mes y dicho logro tuvo lugar en casa frente al colista. Anoche se volvió a poner en evidencia que solo con voluntad y trabajo, virtudes inherentes a la personalidad del equipo, en vez de opositar a premio se acaba cayendo en los brazos de la frustración. Fue incuestionable que el Athletic quiso agarrar el partido por la pechera, tanto como que en realidad fue capaz de ofrecer un nivel netamente superior al del Villarreal. Pero solo durante la mitad del partido. En la segunda parte asomó una debilidad progresiva, no únicamente física, aunque haya gente que va con el gancho. Se trata de un déficit de convicción, se diría que a los jugadores les pesa en exceso la escasa lucidez que e

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