A unos 160 kilómetros al este de Flagstaff, en los condados de Holbrook y Navajo, se extiende una de las maravillas naturales más enigmáticas de Estados Unidos, el Parque Nacional del Bosque Petrificado (Petrified Forest National Park).

Este paisaje de contrastes, de maderas fósiles, mesetas y desiertos pintados, ofrece una ventana al pasado geológico, un testimonio del poder de la naturaleza sobre millones de años.

Un viaje al pasado remoto

Hace aproximadamente 225 millones de años, durante el Período Triásico Superior, la región que hoy ocupa este parque formaba parte del supercontinente Pangea.

Por aquel entonces existían grandes ríos, vegetación abundante, y el clima era mucho más húmedo que el actual. Árboles gigantescos, helechos, cicadáceas y gimnospermas se desarrollaron en est

See Full Page