Buenos Aires. - Durante la mayor parte de 20 meses, el presidente de Argentina, Javier Milei, surfeó una gran ola de optimismo, ya que parecía estar a punto de concretar un milagro económico.

Con remedios financieros estrictos, Milei, autoproclamado libertario radical, puso a raya la inflación descontrolada y recortó drásticamente un presupuesto abotargado. E incluso cuando sus dolorosos arreglos dificultaban la vida para millones de personas, su popularidad se mantenía por la esperanza de que por fin tuviera éxito donde sus predecesores habían tropezado: sacar a Argentina de una crisis crónica.

Sin embargo, en las últimas semanas, Milei se encontró ante un colapso económico tan grave —los inversores habían empezado a vender la moneda argentina, el peso, y a deshacerse de los activos ar

See Full Page