Sé lo que se siente entrar en uno de sus mundos. La primera vez me ocurrió en el Pérez Art Museum de Miami, frente a una piscina donde la gente parecía caminar bajo el agua. La ilusión era tan perfecta que durante unos segundos dudé de mis propios sentidos. Esa mezcla de desconcierto y fascinación me marcó, y desde entonces Leandro Erlich se convirtió en uno de mis artistas favoritos.

Ahora, con BOG25 –un evento que por primera vez pone a Bogotá en la conversación internacional de las grandes bienales de arte contemporáneo– tuve el privilegio de entrevistarlo. La Bienal invita a mirar a Bogotá como una obra en sí misma, reúne a más de 150 artistas de distintos países bajo el eje curatorial ‘Bogotá, ensayos sobre la felicidad’ y genera un diálogo entre la arquitectura bogotana, la memoria

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