Las papas arrugás son una receta que nació de la necesidad en unas islas donde el acceso al agua dulce era limitado. Los habitantes del comenzaron a cocer las patatas en agua de mar o con una concentración muy elevada de sal. El resultado era una textura arrugada en la piel y una costra blanquecina que realzaba el sabor del tubérculo. Con el paso del tiempo, este método sencillo se convirtió en tradición y hoy es una de las señas de identidad de la cocina isleña.

En las islas la papa bonita y la negra son las variedades más valoradas para preparar esta receta. Están protegidas dentro de la Denominación de Origen Protegida Papas Antiguas de Canarias, que ampara casi una treintena de variedades cultivadas en suelos volcánicos. Esos tubérculos son difíciles de encontrar fuera del

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