Una pareja frente a una heladera nueva en una casa de electrodomésticos. El vendedor les ofrece 12 cuotas sin interés. Tienen el dinero en la cuenta, pero dudan. ¿Conviene usarlo todo ahora o dejarlo trabajando? ¿Y si en unos meses lo necesitan? ¿Y si el precio sube? ¿Y si baja? En una economía como la argentina, cada compra de alto monto es un campo minado de suposiciones, riesgos y estrategias.
El dilema ya no es solo económico. Es cultural. Durante años, pagar en cuotas fue casi un sinónimo de necesidad. Hoy, financiar sin interés es, para muchos, una forma de cuidar el dinero, incluso cuando ese dinero está disponible . El razonamiento detrás es simple: si el pago diferido no tiene recargo, y el capital se puede invertir para obtener algún rendimiento, entonces financiar no es endeu