El ambiente en los cuarteles estaba caldeado. Los militares se habían opuesto al artículo de la Constitución reformada en 1949 que permitía la reelección presidencial y no vieron con buenos ojos la defenestración del coronel Domingo Mercante, gobernador bonaerense -sucesor cantado de Perón en la Rosada- cortándole los fondos para obras e impidiéndole la reelección como gobernador. Los militares opositores se nuclearon en una logia, a la que llamaron Sol de Mayo.
El humor castrense se agravó cuando se barajó la posibilidad de que Eva Perón fuera candidata a vicepresidente. Resultaba inadmisible que, ante la muerte del presidente, una mujer lo sucediera y además se convirtiera en comandante de las fuerzas armadas.
En febrero de 1951, en un acto del partido peronista femenino, se había la