En cualquier calle de una ciudad es fácil encontrar dos tipos de conductores: los que mantienen su coche impecable como si acabara de salir del concesionario y aquellos a los que parece no importarles que el vehículo acumule polvo, barro o manchas durante meses. Más allá de tratarse de simples hábitos, la psicología ha encontrado razones de fondo que explican por qué algunas personas nunca lavan su coche.

El cuidado de un automóvil no es solo un gesto estético o de higiene: puede reflejar la manera en la que una persona se percibe y se proyecta hacia los demás. Los psicólogos explican que dejar que un coche permanezca sucio durante largos períodos de tiempo podría ser una señal de baja autoestima o de escasa valoración personal . En ese sentido, el vehículo actúa como un espejo del est

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