Brasil es sinónimo de sol, playa y alegría. Pero más allá de Río de Janeiro, Porto Alegre o Salvador, existen joyas escondidas que cada vez atraen más turistas argentinos. Una de ellas es Pipa, un pequeño pueblo costero de apenas 5.000 habitantes ubicado en el noreste del país, dentro del estado de Río Grande do Norte.Su encanto radica en la combinación perfecta entre playas paradisíacas, acantilados coloridos, áreas protegidas y un clima cálido durante todo el año.

El ritmo tranquilo de Pipa

A diferencia de los grandes centros turísticos, Pipa mantiene un ambiente rústico y relajado. Sus calles adoquinadas, pequeños bares y restaurantes con comida local crean un entorno ideal para quienes buscan descansar sin resignar belleza natural.La mejor época para visitarlo es a mediados de marzo,

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