No se puede decir que Italia no esté intentando con todas sus fuerzas luchar contra el turismo de masas. Primero fueron tasas más altas , luego tarifas de entrada que, por cierto, salieron tan bien que las doblaron . Después atacaron directamente a los grupos de 26 personas (o más) y puso cerco a uno de los símbolos de los nuevos tiempos: las cajas de llaves para hacer auto check-in.

Lo último: perseguir a los perros de las hordas.

Grabar a los mejores amigos. En la ciudad alpina de Bolzano , puerta de entrada a los Dolomitas y destino cada vez más presionado por el turismo masivo, el ayuntamiento ha decidido trasladar la factura del sobrecoste de limpieza y mantenimiento a un colectivo inesperado: los perros .

A partir de 2026, los visitantes que viajen con sus mascota

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