Los familiares de tres salvadoreños expulsados de Estados Unidos en los mismos vuelos que cientos de venezolanos acusados sin pruebas de ser pandilleros llevan seis meses sin información sobre ellos
El último contacto de Sulma Santos con su hermano José Osmín fue el 9 de abril a través de una llamada desde el centro de detención migratorio en el Estado de Nueva York donde llevaba un par de semanas. “Sulma, yo creo que me van a mover’, me dice. ‘Vamos a hablar rápido, porque puede ser que no volvamos a hablar, porque no creo que me den otro derecho a llamada. Ya vamos camino a El Salvador. Diles allá, a la Jovelina, que me vayan a esperar alrededor de las doce del mediodía’. ‘Sí’, le dije, ‘yo la voy a llamar y le voy a decir’. Pero no terminamos de despedirnos porque la llamada se cortó