Existe ese vecino o vecina que no teme al qué dirán y en medio de la cuadra, a la vista de cualquier transeúnte, se pone en cuclillas frente a un cantero y se acerca a las hojas de esa frondosa planta para dedicarle unas palabras. No esperan una respuesta (al menos hablada) de la naturaleza. Ese vecino o vecina tampoco espera que otro vecino o vecina de la cuadra se altere si el árbol del patio o la ligustrina divisora se sale de control y ocupa ambas propiedades.
¿Alguien es responsable de que la vegetación adopte la forma que le place? ¿Debe tolerar una persona que las ramas o las hojas de ese árbol ancestral le hagan sombra en la pileta los días de sol? ¿Qué sucede si ese árbol crece al punto de comenzar a generar daños en una casa o departamento contiguo? ¿Hay reglas para una sana co