Una vida nueva. Esa sensación experimentó la logroñesa Laura Hernáez cuando le trasplantaron un corazón el 2 de junio del 2019.

Nació con una cardiopatía congénita que le detectaron a los 4 años. En ese momento le derivaron al Hospital de La Paz en Madrid donde le hicieron una cirugía paliativa porque «solo tenía un ventrículo». «Más adelante me advirtieron que en la adolescencia tenía que volver a operarme o me darían otra alternativa», añade.

El problema más serio llegó en 2017 cuando los médicos le comunicaron que su enfermedad estaba avanzando, lo que significaba que «cada vez tenía menos capacidad de oxigeno y más limitada la vida». Recuerda que en aquel momento se ahogaba cuando caminaba por la calle en línea recta.

A partir de ahí los médicos le ofrecieron la posibilidad de hacer

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