La infraestructura vial en Colombia se sostiene sobre un modelo de gestión dual. Por un lado, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) administra la red de grandes concesiones para modernizar los corredores primarios con inversión privada.
Por otro, el Instituto Nacional de Vías (Invías) se encarga directamente del mantenimiento de los corredores no concesionados y de la extensa red secundaria y terciaria.
Esta división implica que el estado y la calidad de los corredores varíen drásticamente . Los tramos bajo concesión de la ANI, financiados por el sector privado, suelen mostrar avances significativos en modernización y servicios al usuario.
En contraste, las vías gestionadas por el Invías, que dependen enteramente de los recursos públicos, enfrentan desafíos persistentes en manten