
Los momentos dulces y los amargos parecen haberse sucedido en la vida de Pepe de Lucía casi como un destino. De niño conoció la pobreza y las privaciones, pero también el éxito, tanto con su hermano, el genial Paco de Lucía, como en solitario. Ahora, ya retirado de los escenarios, alterna también en su vida las buenas noticias, como la reciente concesión del Castillete de Oro del Festival del Cante de las Minas en La Unión (Murcia) con las no tan buenas. El día de la entrevista con elDiario.es le pilla de especial buen humor porque coincide con su 80º cumpleaños. “Ya estoy en el 8 y me siento estupendamente, ahora me dispongo a llegar al 9”, celebra.
Sobre el reconocimiento de La Unión, que recibió el pasado mes de agosto, asegura que es algo muy especial para él porque le remite a una edición de antaño en la que Antonio Mairena, el sumo pontífice de lo jondo de la época, afirmó de su hermano Paco: “Aquí se encuentra, entre nosotros, el mejor guitarrista del mundo”. Pero allí estaba también él, “con Camarón y Potito, acompañándoles en el cuadro flamenco, ante un público que conoce muy bien el cante”.
“La noche de la entrega fue inolvidable para mí”, prosigue el cantaor algecireño, “sobre todo cuando fuimos a ver a Sara Baras y ésta me gritó desde el escenario, ‘¡no te vayas!’, dándome a entender que me iba a bailar. Y eso fue lo que hizo luego, cuando descubrieron mi placa en el suelo. Fue lo más bonito de aquel día, algo que llevaré siempre conmigo, con ese Castillete que es uno de los reconocimientos más grandes del flamenco, el premio del festival más importante del mundo”.
El sitio merecido
El Festival del Cante de las Minas honraba así no solo a la voz que acompañó a Paco de Lucía en grabaciones y conciertos memorables, sino también a una voz con personalidad propia, docta en todo tipo de cantes y plasmada en una discografía brillante, así como al letrista y productor de infinidad de artistas de primera línea, desde el mismísimo Camarón de la Isla o Potito a Alejandro Sanz, “con quien grabé unos tangos muy bonitos titulados La vida es un espejo . Pero sí, he trabajado con casi todos”.
No obstante, Pepe de Lucía se queja de que este premio llegado desde Murcia es más bien la excepción que confirma la regla: “La gente que me encuentro me dice a menudo que soy un gran artista, pero que no tengo el sitio que me merezco”, explica. Y cuando se le pregunta a qué cree que puede deberse esa discriminación, responde: “No lo sé, la verdad. Paco me dijo siempre que no hiciera festivales, que es lo que más se hacía en los 70 y los 80, porque podía perjudicarme. Aseguraba que era un ámbito que hacía mucho daño. Puede que se deba a eso, pero no puedo afirmarlo con certeza”.
Lo seguro es que, en los últimos tiempos, Pepe de Lucía se ha sentido objeto de cierto ninguneo. Primero fue, según sus propias palabras, “el homenaje que se hizo a mi hermano en Nueva York bajo el título Paco de Lucía Legacy , en el que no figuraba entre la treintena larga de músicos que invitaron. Mira, yo fui la persona que llevó a mi hermano por primera vez a Nueva York, el que convenció a Greco para que lo trajera, porque Paco era menor de edad. ¿Tú ves normal que yo no esté ahí? Solo te digo que, si Paco viviera, no habría consentido eso”.
El gran ausente
No es menos cierto que Pepe de Lucía estuvo presente en la ciudad de los rascacielos en los días del homenaje, pero invitado por la discográfica BMG con motivo de la presentación mundial del disco Pepito y Paquito, la recuperación de unas grabaciones olvidadas de los dos hermanos cuando Paco tenía 11 años y Pepe 13 , y que fue acogida con entusiasmo por la crítica. En la noche grande del homenaje neoyorkino, en el Carnegie Hall, Pepe de Lucía fue aupado al escenario al final del recital, recibido con una ovación por el respetable.
No obstante, el revés más reciente lo ha sentido con la celebración en Sevilla del evento 'Latin Grammy celebra: la música de Andalucía', un homenaje al legado musical de la región. Dicho acto, celebrado el pasado 10 de septiembre, contó con una lista de invitados que incluía nombres como Cañizares, Chonchi Heredia, Jeanette, La Tremendita, Carmen Linares, Niña Pastori, Antonio Reyes, Miguel Ríos, Rozalén, María Terremoto, Ángeles Toledano, Ana Torroja o Pastora Soler, y donde se anunció a David Bisbal y Luis Fonsi como anfitriones.
Un abultado elenco en el que se echaba de menos el nombre de Pepe de Lucía, entre otras cosas por ser el poseedor de dos Grammy Latinos: uno al Mejor álbum de música flamenca por el disco El corazón de mi gente (2003) , otro por Un nuevo universo (2021) y uno más de carácter colectivo por el disco Entre 20 aguas (2015), donde participaba con el tema ¡Vámonos, hermano! . Además, fue nominado por Pepito y Paquito al Grammy que concede la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, y viajó a Los Ángeles para asistir a la gala en la que, recuerda, “ya era un premio verse allí con Beyoncé, Lady Gaga, los hijos de Belafonte o el productor de los discos de Led Zeppelin y los Beatles, todos hablando maravillas de Paco. Nunca un disco flamenco había entrado en los Grammy americanos”, asevera.
El mejor homenaje
Que no lo llamaran para la cita sevillana le duele, “pero estoy acostumbrado desde niño a sufrir, no voy a alterarme por eso. Recordé cuando mi padre nos llevaba a Madrid en tren, y a la altura de Bobadilla nos detuvimos y un vendedor pregonaba ‘gaseosas, bocadillos…’ Le pedí a mi padre que nos comprara algo, y él me dijo ‘ahora nos comemos lo que traemos, que mamá nos ha puesto una cestita”. Lo que también te digo es que, si viviera el rey, mi padre, esto no habría pasado“.
“El mejor homenaje a Paco”, concluye, “se lo hice yo, que estuve 13 meses en el cementerio haciendo su mausoleo. Cogiendo piedras del entorno de Baelo Claudia, de casas romanas en las lindes que van por el campo, y azulejos de Portugal, de donde era mi madre, todo por su descanso eterno. La imagen de Paco es eterna, como la de Camarón, pero quise ponerle la leyenda Genio entre genios porque dentro de muchos años algún niño pasará por allí y preguntará quién era ese hombre, y tendrán que explicarle lo grande que fue”.