Debut amargo, pero con la cabeza mirando al frente. Iker Bravo (San Cugat del Vallés, 2005) habla como capitán y como figura , entre la rabia por lo que se escapó ante Marruecos y la ilusión de estar en un Mundial. Quedan dos partidos y España cuenta con la baza de un vestuario unido , convencido de que el golpe para nada ha sido definitivo. Iker, más Bravo que nunca, apela a la historia. Como en Sudáfrica 2010 , cuando la derrota española inicial fue el prólogo de la gloria, el capitán se agarra a aquella hazaña para poner en valor que este viaje apenas acaba de comenzar.
Pregunta. Han sido, imagino, 24 horas complicadas. ¿Cómo se gestiona eso dentro del vestuario?
Respuesta. Es el primer partido, el debut del Mundial, y perder así contra Marruecos con dos contras hace que s