Durante millones de años, la Tierra ha mantenido un delicado balance energético que sostiene la vida tal como la conocemos. Parte de la radiación solar que llega a la superficie es absorbida por océanos, continentes y atmósfera. Otra parte se refleja de vuelta al espacio gracias a las nubes, el hielo y ciertos tipos de suelo. Ese reflejo, conocido como efecto albedo, funciona como un termostato natural que mantiene el sistema climático en marcha.

Ese equilibrio comienza a resquebrajarse. Una investigación publicada en la revista PNAS y basada en más de dos décadas de observaciones satelitales de la NASA revela un fenómeno inquietante. La Tierra está reflejando cada vez menos luz solar . En otras palabras, el planeta se oscurece. Y este proceso no ocurre de forma uniforme. El hem

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