Un informe de la Guardia Civil ya alertaba al Gobierno de los problemas en las pulseras antimaltrato que geolocalizan a los agresores el pasado 25 de febrero en la reunión de la Comisión de Coordinación de Violencia de Género de Granada.
El objetivo de las pulseras es evitar que los maltratadores se acerquen a sus víctimas . Y los agentes aseguran que los fallos no eran solo por el traspaso de datos de una compañía a otra, sino que alertan de su fácil manipulación. Por ejemplo, en el acta se recoge que los agresores que se quitan la pulsera pueden ponérsela a un animal para engañar así al sensor y burlar la localización. También pueden quitárselo con facilidad o cubrirlo con materiales que bloqueaban la señal.
Los fallos en las pulseras
El Gobierno aseguraba hace unos días que e