Después de , duelo que cerró con dos dejadas extraordinarias ; del saludo en la red con el estadounidense y de celebrarlo con el público, Carlos Alcaraz se fue a abrazar a su gente, y pidió unas tijeras.
En el banco, se cortó el vendaje que ha tenido durante prácticamente todo el torneo en el tobillo izquierdo . En la primera ronda, contra el argentino Sebastián Báez, se llevó un susto importante cuando se le fue el pie. Se asustó mucho, se tiró al suelo, con las manos en la cara y por su mente la idea de que no iba a poder seguir. Le trataron en pista y se fue tranquilizando. Caminó hasta el banquillo y pudo acabar ese encuentro con la zona inmovilizada.
Al día siguiente no entrenó, pero sí pudo jugar los octavos contra Bergs, y los cuartos contra Nakashima, en una de las mayores e