Hay quienes intentaron frenarlo, invocando las chilenas de Van Basten, otros los regates de Mazzola e incluso alguien citó un histórico concierto de Bob Marley, en el caluroso verano de 1980.
Milán, ciudad laboriosa, poco dada a los sentimentalismos, ha discutido y seguirá discutiendo sobre uno de sus símbolos. Pero la decisión ya está tomada: San Siro será derribado. El estadio más importante de Italia, inaugurado hace 99 años, apodado con justificada pompa “la Scala del fútbol ” y dedicado a Giuseppe Meazza, gloria milanista y de la selección italiana de los años treinta, pasa de propiedad del Ayuntamiento de la capital lombarda al Milan y al Inter, los dos clubes de la ciudad. Es el primer paso necesario para poder construir un estadio nuevo, al lado de donde se levanta el actual, co