El Barcelona tiene este miércoles la posibilidad de dar un golpe encima de la mesa en Europa. El conjunto que dirige Hansi Flick se mide al vigente campeón de la Champions en lo que pudo ser la final del pasado año y lo hace con la espina todavía clavada de la derrota de hace dos temporadas. El 1-4 con el que los galos despacharon el proyecto de Xavi Hernández aún escuece y marca un partido entre dos de los grandes favoritos a hacerse con el título, dos equipos que se conocen bien y que se las han tenido tiesas en los despachos en los últimos años.

Y es que Barcelona y PSG han sido como el perro y el gato en los últimos tiempos. Desde aquellos titubeos con Marquinhos y Verratti por parte de los culés o la operación relámpago de los franceses para reclutar a Neymar. Todo ha influido en una

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